La multifacética Nona Fernández es la guionista principal de la teleserie nocturna de TVN “El laberinto de Alicia”.
Es la principal mente creativa de la historia cargada de misterios y situaciones perturbadoras de la nueva teleserie nocturna del TVN, que mantiene expectantes a miles de chilenos.
La madre de Patricia Paola Fernández fue su primera proveedora de fuentes de inspiración para revelar desde pequeña los primeros síntomas de un interés proclive a las artes. Artífice de una creatividad inagotable, aglutinaba historietas de "La pequeña Lulú" que leía -y releía- con devoción, a tal punto que asimiló su carácter curioso e interés multidisciplinario por extrapolar situaciones reales a mundos imaginarios alojados en su mente.
Infancia que considera el caldo de cultivo para articular las historias que recrea en sus variados cuentos y como guionista en las teleseries de TVN con su actual trabajo en "El laberinto de Alicia", donde se muestran situaciones que pueden ser transversales a distintas generaciones que se sienten reflejadas en sus personajes y realidades recogidas del imaginario colectivo.
ENTRETENER Y EDUCAR
- Por favor descríbenos tu rutina diaria con el guión de "El laberinto de Alicia".
"Es muy absorbente. Durante estos meses de trabajo se paraliza totalmente mi vida para dedicarme exclusivamente al desarrollo de la historia de la teleserie. Con jornadas diarias que se extienden de las diez de la mañana hasta las siete de la tarde, con reuniones periódicas para configurar los diálogos y escritura de los guiones".
- ¿Cómo logras plantear un tema delicado como el abuso sexual infantil y en menor medida el tráfico de fármacos, sin caer en el morbo o en los excesos?
"En general trabajamos con puro sentido común, sabemos que podemos contar estos hechos, pero nunca vamos a mostrar de forma explícita una escena de abuso sexual contra un menor. Las últimas teleseries de TVN han sido golpeadoras al reflejar la crudeza de lo que pasa en la sociedad; sin embargo, en este caso la sobriedad sobre un tema tan alarmante es la prioridad para nosotros".
- ¿Crees que cumplen una labor social al instruir a los padres de los peligros que acechan a sus hijos?
"Claro, las teleseries no sólo se tratan de entretener, se puede cumplir ese rol junto con la de pedagogo. Nos hemos estado documentando desde el año pasado para cumplir el desafío impuesto de retratar un problema a nivel mundial a través de una historia; es una forma de devolver la mano a la gente que nos ha seguido durante años -reflejado en un gran nivel de audiencia- y que como equipo sabemos reconocer. En el caso de Vladimir Navarenko, tenemos la posibilidad de tener una conversación cara a cara con un monstruo para conocer sobre el funcionamiento mental de los pederastas, y que las familias sepan cómo ocurren estos ultrajes, sus posibles escenarios y el perfil de estos pedófilos".
DE LULÚ A CORTÁZAR
- ¿Qué obras (libros, largometrajes, series, etc.) te han formado desde tu infancia hasta ahora?
"Me encantaba leer cómics cuando era niña, las historias llenas de "culebrones" que te enganchaban para esperar ansiosa cada entrega, o ver los dibujos animados en que aparecían los villanos y superhéroes de siempre, lo importante es que fuese bien culebrenesco (risas). Ya más grande me decantaba por la literatura fantástica rioplatense, absorbida por la realidad figurada delimitada por un mundo paralelo mayor de las historias de Julio Cortázar o Juan Carlos Onetti".
- A nivel profesional ¿Sientes que aún tienes una meta por cumplir?
"Me pillaste descolocada, necesitaría bastante tiempo para reflexionar respecto a eso. Aunque me gustaría pensar que no, a corto plazo mi tarea es terminar el guión de la telenovela y finalizar algunos proyectos personales y de carácter literario, que los he dejado stand by bastante tiempo".
- Con tu trabajo en teleseries has logrado retratar y marcar a diferentes generaciones durante años.
"La calle es la clave de mi trabajo, tener las ‘antenas paradas' y estar atenta a todo lo que sucede a mi alrededor, para poder -junto a un grupo de personas- ser catalizadores del estilo de vida, costumbres e idiosincrasia de un tiempo y sociedad. A pesar de que somos conscientes de que nos es imposible reflejar todo cuanto sucede, son ‘parcelas' que ofrecen una mirada (crítica, objetiva, hilarante, reflexiva, personal, etc.) mediante nuestras propias experiencias, leyendo el diario, hablando con amigos y compartiendo con nuestras familias, por ejemplo".
DIVERSIDAD DE TERRITORIOS
- ¿Tu versatilidad como actriz, escritora y guionista te ha ayudado a tener una visión holística de las experiencias que transmites?
"Totalmente, me ha permitido ver desde distintos enfoques la historia en la que estamos insertos. De poder moverme por diversos territorios: la literatura, el teatro, la televisión y todo lo audiovisual; sin duda es una riqueza enorme que intento plasmar en mi trabajo. Ser capaz de elaborar un guión sin "mirarse el ombligo" es contar con un panorama más amplio utilizando un enfoque multidisciplinario".
- Al margen del guión de "El laberinto de Alicia", ¿En qué estás trabajando actualmente?
"En el guión de la serie "Los archivos del cardenal" que parte el segundo semestre en TVN. Dirigida por Nicolás Acuña, trabajo junto a Josefina Fernández (al igual que en la telenovela nocturna), en una obra que será entretenida de ver, con la historia de una asistente social que trabaja en la Vicaría de la Solidaridad en tiempos de la dictadura muy al estilo de la serie ‘Expedientes Secretos X', aunque inspirados por casos reales en tema de derechos humanos".
CASOS REALES
- ¿Cuáles son tus fuentes de inspiración para crear el entramado de conspiraciones y secretos de "El laberinto de Alicia"?
"Principalmente, la historia está construida con casos de la vida real, en un trabajo exhaustivo de leer y recoger lo que aparecía en muchos artículos de prensa, como también de estar atentos a lo que está sucediendo en las calles, conversando con muchos amigos y conocidos para comenzar a crear el relato desde los diversos personajes. Algunos de los referentes son el filme "La duda" (obra de teatro escrita por el guionista John Patrick Shanley y adaptada con éxito al cine), como el mediático caso del psicólogo argentino Jorge Corsi, reconocido especialista en violencia intrafamiliar que fue acusado por pertenecer a una red de pedofilia. De él sacamos el modelo para crear al personaje del psiquiatra pederasta Vladimir Navarenko"
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